Hola! Hoy os traigo una receta de albóndigas que llevaba tiempo rondando por mi cabeza, y es que todavía no había conseguido que estas bolitas tan sanas y ricas me quedaran bien hasta que descubrí por qué. Son albóndigas de garbanzo, espinaca y almendra, pero podéis cambiar los ingredientes respetando la base que es el garbanzo y rellenarlas de lo que queráis, de hecho ya estoy pensando en hacerme con un repertorio variado que iré agregando al blog para que veais más opciones. También tened en cuenta que si le dais forma de hamburguesa podéis comerlas de forma diferente.
Esta receta está sacada de «El gran libro de la cocina vegana francesa, de Marie Laforet» con alguna leve modificación, pero ya os digo que es una base para ir agregando o cambiando los ingredientes del relleno a nuestro gusto o elección, hay que ser creativos en la cocina.
Estas bolitas o albóndigas son parecidas al falafel que también tiene como ingrediente principal el garbanzo, os cuento mi problema al cocinar con garbanzo que yo no sabía y que al fin he encontrado solución; la cuestión es que cuando ponía a freír las bolitas, se me deshacían siempre en el aceite, no duraban nada ni siquiera podía darles la vuelta porque se pegaban y se deshacían viendo como mi comida desaparecía en la sartén, cosa que era muy incomodo después de estar un buen rato preparandolo todo, y la pérdida de ingredientes bla bla bla… pues bien el problema que yo no sabía es que ¡yo utilizaba los garbanzos cocidos y no secos! Entonces se deshacían, no se donde lo leí pero fue por casualidad en algún libro o blog, decidí probar a usar garbanzos secos, dejarlos a remojo durante al menos 8h y utilizarlos como siempre en la receta ¡y voilá! las bolitas más redondas, perfectas y crujientes que jamás he hecho.
Si todavía no os sale un perfecto falafel, bola de garbanzo o hamburguesa con garbanzo, probad a usar los garbanzos secos y remojados y veréis la consistencia y la forma que conseguís en vuestras recetas, yo estoy encantada con este descubrimiento que me traía de cabeza.
Vamos con la receta, ya veréis que es muy fácil, y no os durarán nada, dejadme vuestras opiniones abajo en los comentarios.
- 300 gr de garbanzos secos (dejar a remojo)
- 75 gr de almendras enteras
- 1 cucharada de harina de almendra
- 1 cucharada de zumo de limón
- 5 cucharadas de agua
- 1 taza de espinacas frescas
- 1 cucharadita de comino
- Sal y pimienta
- Pan rallado
- Aceite
- Primero ponemos los garbanzos en un bol y los cubrimos con agua, los dejamos durante al menos 8 horas para que se ablanden.
- Pasadas 8 horas, escurrimos los garbanzos, y los picamos junto con las almendras en la picadora o procesador de alimentos durante un minuto, necesitamos que no quede muy picado para que tenga algo de textura.
- Sacamos la mitad de la mezcla ya picada a un bol, y a la otra mitad le añadimos el limón y el agua y la seguimos picando hasta que quede una masa fina muy mezclada y que se pegue, si queremos podemos agregar algo más de agua o aceite a la mezcla para que quede más "pegada". Una vez conseguimos nuestra mezcla la unimos a la anterior y mezclamos ambas.
- Agregamos las espinacas y sazonamos, formamos las albóndigas.
- Las rebozamos en el pan rallado y ponemos el aceite en la sartén a calentar para freírlas.
- Una vez fritas, bien doradas por todos los lados, las dejamos sobre papel de cocina para que absorva el exceso de aceite y listas.
Hola, el garbanzo remojado es como se usa para hacer falafel tradicional, y quedan perfectas, solo hay que respetar un buen tiempo de cocción
Saludos,.
Hola!!
He leído la receta y me resulta muy interesante pero tengo una dudilla. No veo cuando incorporar la harina. Mil gracias
Hola Ana, la harina la incorporamos después de las espinacas y mezclamos bien la masa. Gracias!